Ha de ser siempre el fabricante, el que a través del folleto informativo otorgue una caducidad a sus equipos a partir de la fecha de fabricación. Esa es la vida útil del equipo en buenas condiciones de mantenimiento y conservación. Dentro de ese plazo de uso, el usuario ha de poner en un libro de registro (normalmente el mismo folleto informativo está preparado para ello) la fecha de primer uso. A partir de esa fecha se ha de pasar una revisión anual.
Debido al bajo coste de muchos de estos artículos en la actualidad, suele ser más ventajoso desde el punto de vista económico y, sobre todo, de la seguridad, adquirir un nuevo producto con una fecha de fabricación más reciente al que se le pueda poner una nueva fecha de primer uso.
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